El Valle de Guadalupe se ha convertido en uno de los destinos gastronómicos y de enoturismo más importantes del mundo. Pero hace diez años, solo unos pocos fueron los que se establecieron y pusieron las bases para que el Valle sea lo que es hoy.

Finca Altozano cumple 10 años. Un concepto de rancho de grandes dimensiones donde el chef Javier Plascencia, líder en aquel entonces en la restauración de Tijuana, apostó por una cocina de confort, donde el producto local y el humo dominaban y la gente echaba el día entero viendo atardecer. Aquí son frecuentes las celebraciones, llegan artistas internacionales a dar conciertos y chefs de todos los lugares son invitados para dar a conocer su estilo de cocina.

Dentro de este asador campestre surge Guadalupe Bar, un lugar donde producto y creatividad se dan la mano en una mesa con tal solo cinco lugares, al más puro estilo Chef’s Table.

 

Finca Altozano

Finca Altozano ha crecido sin prisa, pero sin pausa. Los excepcionales productos llegan directos de los huertos, ranchos y mares cercanos, pero es la barbacoa de borrego la favorita del menú. Desde que Finca Altozano abriera sus puertas, Javier Plascencia tuvo una obsesión: diseñar un restaurante de alta cocina bajo el gran árbol que se erigía como protagonista de sus tierras, un encino de más de 200 años.

Cinco años más tarde Animalón surge como el único lugar del Valle de Guadalupe con una oferta de cenas degustación que cambia cada mes, al más puro estilo fine dining, ejecutada por Óscar Torres, un joven talento original de Los Ángeles que está conquistando el Valle con un estilo de cocina que respeta la calidad del producto, transformándolo en platillos mágicos de puntos perfectos y combinaciones arriesgadas como la lobina zarandeada con erizo y coliflor, el tallarín de cangrejo con hongos salvajes, creme fraîche y jerez o el wagyu con berenjena tatemada, ajonegro y hongo King trompet y trufa negra.

 

A pocos kilómetros nos encontramos con Finca La Divina, una casa culinaria familiar, donde los clientes se sienten como invitados a la casa de un amigo. Las señoras que preparan de comer lo hacen con el corazón y la sabiduría de antaño, y todo pasa en torno a la alberca principal, donde al atardecer, se reúnen a tomar un vino y charlar de todo y de nada.

La magia del mundo Plascencia es su familia, involucrada de diferentes maneras en el negocio. Actualmente, su hija Lauren Plascencia es una de las nuevas caras importantes en el panorama vinícola. Con la tarea de seleccionar la carta de vinos, cervezas y destilados de todo el grupo, recorre la Baja dando catas y promocionando los vinos de su tierra.

Javier Plascencia ha sabido equilibrar la paciencia del empresario con la inquietud de un cocinero. De carácter tranquilo, observador, planificador y gran sencillez, ha convertido la Baja California en su lugar de acción. Desde Caffé Saverios y Erizo, un restaurante dedicado a la cocina de mar, en Tijuana, hasta Jazamango y Animalón by The Sea en Todos Santos y Cabo San Lucas. Su visión restaurantera viene heredada de su familia, pero es la defensa del producto y el productor local, desde la elaboración de vinos y cervezas hasta la pesca sustentable y granjas orgánicas de todo tipo, lo que le han convertido en embajador de la Baja.

 

Fuente: Food & Wine Español

Tel: 646 688 1016

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