La Avenida Revolución ha sido, es y será la calle más importante de la ciudad de Tijuana, la razón de ello, se debe a la importancia que ha tenido y tiene en la vida económica de la ciudad. 

Surge en 1889, antes de tener su vigente nombre fue llamada de otras cuatro maneras: Avenida Olvera (1889), Avenida A (década de 1920), Avenida Obregón y Avenida Libertad (1929). Su nombre que conocemos actualmente se le otorga el 20 de noviembre de 1932 y además de ser la primera en tener pavimento, también fue la primera en contar con servicio eléctrico, telefónico y luz de mercurio. 

Fue en esta avenida donde empezaron a implementarse los icónicos “Burro Zebra”  para que los turistas se fotografiaran con ellos. La también conocida como “La Revo” fue zona libre de impuestos entre los años 1930 y 1982. La Avenida Revolución Tijuana solo tuvo en sus inicios casas, algunas construcciones a base de madera y tiendas de curiosidades, días en los que tampoco estuvo pavimentada. También tenía la comisaría, la antigua plaza de toros, la oficina de correos, el alumbrado de lámparas de petróleo y los carruajes que transitaban por ella. 

La Avenida Revolución actualmente consta de 8 cuadras con salas de cine, restaurantes, bares, cantinas, casinos y museos.  Lo primero que se ve al atravesar la frontera y entrar a la avenida es el famoso Arco de Tijuana, construido para dar la bienvenida al nuevo milenio y hoy un símbolo de la ciudad. 

Apenas una cuadra más adelante, sobre Carrillo Puerto, está Mamut Brewing Co, un lugarcito bohemio famoso por su cerveza artesanal y sus tocadas nocturnas. Sobre la misma Revolución, está La Justina Gastro-Bar, uno de los lugares que ha jugado un papel fundamental en la revitalización de la famosa avenida de Tijuana. Es propiedad del chef estadounidense Chad White y sirven algunos de los platillos más audaces y exquisitos en toda la ciudad. 

En la siguiente cuadra verás el Hotel Caesars, cuna de la famosa ensalada César, uno de los platillos emblemáticos de la gastronomía de Baja California.

Una cuadra más y estarás en la esquina de Flores Magón. Esta zona está particularmente poblada por bares y antros de todos los géneros y estilos. Las noches en Black Box, por ejemplo, son legendarias. Este foro para música rock en vivo alberga conciertos de bandas locales, nacionales y extranjeras. 

La Mezcalera es famosa, obviamente, por el mezcal. Además de tener una selección importante de la bebida de moda, en el patio trasero se instalan food-trucks y tocan DJs locales y foráneos. 

Recientemente “Downtown Food Court & Bar” abrió sus puertas en Avenida Revolución. Se trata de un lugar que reúne a 6 restaurantes y 3 bares. El lugar está ambientado en un entorno urbano similar al de Nueva York. 

En los pasajes de artesanía que comunican la avenida con otras vías de Tijuana, hallarás bellas creaciones para llevar a casa de recuerdo. Los pasajes más famosos son el Pasaje Gómez y el Pasaje Rodríguez, que se han convertido en pasillos transitados y llenos de locales atractivos, cafés y galerías de arte. 

Si continúas caminando sobre Av. Revolución, cruzarás la calle Hermenegildo Galeana y justo en esa cuadra, están dos atracciones imperdibles de la noche en Tijuana. Una es el Antiguo Palacio Jai Alai, un centro de espectáculos que ahora también es visitado por turistas ya que afuera está en Paseo de las Estrellas de Tijuana. Al otro lado de la avenida está uno de los lugares más famosos de la noche en Tijuana. Las Pulgas es considerado el mejor lugar para ir a bailar en la ciudad. Desde su apertura en 1988, siempre tiene una cartelera repleta con grupos en vivo de salsa, cumbia, banda, norteña y pop. 

También encontrarás edificaciones que describen la historia de Tijuana. El Museo de Cera de Tijuana, con más de 80 personajes. Está considerado como uno de los tres museos más importantes de México y es el segundo en Latinoamérica en su tipo. 

Al terminar la fiesta, la última parada en este recorrido nocturno por la Avenida Revolución de Tijuana: Taquería El Güero. Todo un clásico al final de la avenida en donde suelen aterrizar los sobrevivientes de la fiesta.